Sabemos de ciclos ya que vivimos insertos en muchos de ellos, una vuelta al sol, las estaciones son ejemplos evidentes.
Cada día algo nace y cada día algo muere o deja de ser…vivimos corriendo y apremiados por el tiempo; además creemos que perdemos el tiempo y no nos hemos dado cuenta aún de que este no nos pertenece.
Cada ser expresa en su existir una manifestación del si mismo que ha construido. Esto le otorga ciertos derechos y deberes que debe ejercer en un plazo establecido según la función para la cual haya a encaminado su vida.
Vivimos en la interpretación de los muchos roles en los cuales hemos escogido existir.
La vida es un trato, un buen trato. Y al final del día todo suma.
El plazo es finito y el lapso perentorio. Amar acá, será una extensión de ese plazo, es por eso que ante la fecha de caducidad debemos optar por esa prórroga que se extiende en el amor. El amor transciende y emplea sus propios métodos para descubrir una manera de quedarse, en una genética, en una memoria, en un recuerdo o en un alma que nos llevará por siempre.
Debemos reconocer y aceptar esta fecha de caducidad en nuestras vidas, para poder así expresar sin miedo nuestros sentimientos, nuestras ideas y nuestras ganas de cambiar al mundo…nadie sabe su fecha de caducidad, es por eso que es justamente hoy la mejor fecha para comenzar.
No te quedes con las ganas de decir “te amo”…
Linda tarde.